viernes, 20 de mayo de 2011

La gente está harta.

Como setas tras la lluvia, la gente brota, como por generación espontánea, ocupando las plazas de las grandes ciudades. El movimiento, iniciado en gran parte gracias a las redes sociales, ha ido creciendo y organizándose a medida que se formaba. Con un marcado deseo de decirles a los políticos que no nos sentimos representados por ellos, que nos dan más problemas que soluciones aportan. Ya no salen del Pueblo: forman una casta aparte, viven en su mundo y solo se dedican a complicar el nuestro. Son parásitos de una sociedad que los alimenta y les proporciona una vida de lujo, mientras el Pueblo cada vez está peor, sin trabajo ni perspectiva de conseguirlo, sin esperanzas. Tenemos una juventud que no sabe cuándo va a empezar a trabajar, cuando va a poder empezar a plantearse su vida independiente, y que cada día está, y con razón, más desanimada.

Y mientras ellos no proponen ni una solución. Permanecen enrocados en su mundo, mientras nos sermonean diciendo que hacen lo que pueden. Si esto es todo lo que saben hacer, tengan la decencia de coger la puerta, a ver si otro es capaz de aportar las soluciones que ustedes no nos dan.

Pero no tendremos tanta suerte, el Pueblo es sabio, y si dice que los políticos no son más que otro problema para ellos, será cierto. No va a ser el político el que diga lo contrario de lo que piensan sus "votantes".

jueves, 12 de mayo de 2011

El uso correcto del lenguaje.

Bloggeo desde mi nuevo portátil miniwini, pero la herramienta no mejora al artista. La página es más chica y a mi que ya no veo muy bien me cuesta un poco, pero para llevarlo de un lado a otro éste es mucho más cómodo. Vaya lo uno por lo otro.
Ayer me decían que no importaba poner en su sitio mayúsculas y minúsculas, que no cambiaba el significado. A primera vista así lo parece, pero " un zapatero hace un botín, y un Botín hace un Zapatero". Cambiad la mayúsculas y minúsculas y veréis que no es lo mismo.
 Chorradas al margen, es cierto que descuidamos cada vez más el lenguaje. Los SMS están cambiando nuestra forma de escribir, y lo que antes solo se usaba en los móviles, se ve cada vez más en otros tipos de mensajes escritos. Defiendo el uso correcto del lenguaje tanto oral como escrito, aunque no estoy en contra de la actualización del mismo. El lenguaje es el medio que usamos para comunicarnos, por lo que si todos nos expresamos de una forma, ésta debe ser automaticamente aceptada. No es lógico que el idioma se separe de la manera que se usa en la calle para expresar algo, pero debemos esforzarnos en mantener la riqueza de nuestra Lengua.  No debemos someterla a la vulgaridad y empobrecimiento que por comodidad cada día empleamos más. Hacer el lenguaje más pobre, es hacer nuestra comunicación más pobre y peor. Se pierden por el camino matices que pueden aportarnos conocimientos sobre el tema que estemos tratando. Nuestro cerebro es complejo y sus ideas tambien lo son. Es necesario, por tanto, un lenguaje que permita al cerebro manifestar toda su complejidad, y por el camino que llevamos cada vez será más difícil conseguirlo, pues cada vez usamos peor nuestra Lengua, que, por cierto, no es lo mismo que "usamos peor nuestra lengua"

martes, 10 de mayo de 2011

mi niño ya es mayor.

Desde ayer mi hijo menor es mayor de edad. Hace mucho tiempo que pensaba en ese día como una meta. Suponía que al llegar ese momento habría un cambio, como decir objetivo cumplido, he conseguido llevarlos hasta donde pueden valerse por si mismos. Pero llegado el día nada ha cambiado. Siguen siendo mis niños y los veo igual de indefensos que cuando venían a mi dormitorio porque tenían miedo de la noche. Si algo es diferente lo que ha cambiado es  en mi. Ahora temo por lo negro que está el futuro, no sé, con lo malo que está todo para los jóvenes, si van a encontrar trabajo. En esta época de contratos basura, ERES y demás putadas laborales uno teme que no encuentren nada decente en un montón de tiempo. Espero equivocarme, a lo mejor cuando tus hijos alcanzan la mayoría de edad te entra miedo de pensar que dentro de poco los perderás, que tienen que vivir su vida, independizarse, y tú ya no sabes vivir sin ellos. No se van del todo, pero uno quisiera tenerlos siempre como los polluelos, debajo del ala. Es ley de vida, pero cuesta resignarse.