domingo, 20 de marzo de 2011

El mundo se vuelve loco

Aquellos que no me conoceis os preguntaríais que había pasado. Tras unos meses de publicar casi una entrada por día, de pronto silencio absoluto. ¿ Se habrá muerto el chalao éste?. Gracias a Dios no, aunque mi querido portátil, bastante viejo ya, pareció dar las últimas boqueadas. Me apenó tanto que deje de publicar, le guardé un luto antes de muerto y solo cuando a vuelto a recuperar casi todas sus facultades vuelvo por estos andurriales. De todos modos no es esto lo único que ocasiona mi vuelta, los acontecimientos de estos últimos meses me han echo pensar mucho y me dieron ganas de compartirlo con quién me quiera leer.
Las cosas se estan complicando en el mundo.  Las revueltas en los países norteafricanos de mayoría musulmana reclamando reformas democráticas empezaron en Tunez, pero como el fuego en los pastizales, se extendió por todos los países vecinos con desigual virulencia pero con el mismo deseo: acabar con los regímenes autoritarios.Al final llegó incluso a algunos países árabes. Los dictadores se han negado a abandonar el poder, aunque algunos han podido ser al fin destituidos más o menos por la fuerza. Lo peor parece ser lo de Libia, el pueblo está siendo masacrado mientras el resto de la comunidad internacional se piensa lo que ha de hacer. Espero que ahora que han decidido actuar no sea demasiado tarde. Para miles de libios desde luego si lo es.
Y en éstas la Tierra decide temblar justo al lado de Japón. El mar se suma y produce un tsunami que arrasa kilómetros de costa y zonas del interior. Japón es el país mejor preparado del mundo para defenderse de los terremotos, pero uno de fuerza 9 y un Tsunami con olas de 10 metros acaba con cualquier tipo de medidas preventivas. Las imágenes de destrucción son dantescas. La serenidad de ese  pueblo, ante la hecatombe tan enorme que los acosa, es admirable: esperan respetuosamente en cola para recibir los pocos alimentos que pueden repartirles, y, al  cogerlos hacen una flexión de respeto y agradecimiento. El otro día me dijeron que hacían cola hasta para robar lo necesario para sobrevivir. Los niños lloran, pero los mayores asisten resignados a la tragedia. Y toda esta concatenación de desgracias solo es el principio; las centrales nucleares no han podido soportar tanta adversidad y han empezado a explotar. La radiación empieza a extenderse y aun no sabemos como va a acabar todo. Los reactores estan destrozados mientras unos héroes tratan de enfriarlos como puede para que no exploten totalmente.
No se lo que será de Japón, pero me tienen admirado. aguantan su dolor serenamente, procuran subsistir de forma colectiva y solidaria (aquí imperaría la ley del " mas fuerte" y de "sálvese quién pueda") y no se dejan dominar por el pánico. Nos dicen que es cuestión de su cultura y educación, y así será, pero deberían ser ejemplo para todos de como nos debían enseñar a comportarnos. Desde aquí les expreso mi admiración y solidaridad, e inclino como ellos mi frente como muestra de respeto. 

No hay comentarios: