domingo, 27 de marzo de 2011

Sobre Japón

El comportamiento que ha mostrado el pueblo japonés ante el cúmulo de adversidades, cada vez peores, que han sufrido nos ha maravillado a todos los occidentales. Ha sido un comentario frecuente explicarnos dicho comportamiento-para nosotros casi incomprensible- como una consecuencia de su cultura y forma de entender la vida. Nos hablan de un pueblo que en sus milenarias tradiciones se contemplan como valores fundamentales el respeto a los demás, la permanencia en la intimidad de los sentimientos, incluso los más irreprimibles, la importancia de la "forma" al menos al mismo nivel que el "fondo" y el mantenimiento de los ritos inmutables a lo largo de su historia.
No sé para vosotros, pero para mí la cultura japonesa -y las culturas orientales en general- es una completa desconocida. Reconozco de partida  mi ignorancia, pero no creo que sea totalmente mi culpa. En las enseñanzas que he recibido a lo largo de mi vida, nunca se me enseñó nada de estas culturas. Lo poco que sé de ellas es por lo que he leído por mi cuenta.
Hay ciertas manifestaciones artísticas como el ikebana, la caligrafía, el cultivo de Bonsais, entre otros, que están muy alejadas de nuestras ideas del arte, pero en las que reconocemos una belleza y una sofistificación que solo en el campo del Arte podemos imaginar. La ceremonia del té, es otra manifestación artística donde la belleza en el rito se eleva a su máxima expresión. El Arte es algo mucho más maravilloso y complejo que lo que nosotros entendemos por tal, y no seré yo quien trate de definirlo. Me basta y me sobra con poder disfrutarlo




Quería deciros que hablar de Japón es mucho más que radiactividad  y muertos. No debemos olvidarnos de los que sufren en esta desgracia, pero Japón saldrá adelante y nos seguirá ofreciendo muestras de un buen gusto y de una sensinbilidad exquisita. Aprovechemos la ocasión para conocer algo más de ese pueblo tan maravilloso, y para nosotros, tan desconocido.

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