sábado, 15 de mayo de 2010

Cachivaches del soberao: el día más surrealista

Mi hermano mayor goza (o gozaba) del dudoso honor de tener una curva con su nombre. Pero no una curva en un circuito como los grandes campeones de motos y coches no, sino en la carretera de A. a M. La razón de esa tan poco frecuente circunstancia se debe a que en la susodicha curva se había salido cuatro o cinco veces. Si; por extraño que parezca, en un trayecto de poco más de tres Km., que hacía más de una vez al día durante las vacaciones, mi hermano, se había salido, volcado, reventado rueda y no se cuantos percances más siempre en el mismo sitio. No sé si algunas de esas veces era de madrugada, después de una juerga hasta las tantonas y con alguna copita de más, pero el día que volcó conmigo dentro eran las diez de la mañana y no había bebido nada. Fue el día más surrealista de los muchos que he tenido en mi vida.
Era el día de la boda de mi hermana C., y todos estábamos algo nerviosos. Había que recoger del campo a M., mi hermano menor que yo, y fuimos P.(mi hermano mayor), R. mi hermana más pequeña y yo. Ibamos ya arreglados y un poco tarde. Al llegar a la fatídica curva volcamos, solo me dió tiempo a girarme hacía atras (iba en el asiento del copiloto) para intentar agarrar a la pequeña. Solo tengo el recuerdo del asfalto por la ventanilla desplazandose al lado de mi cara. Afortunadamente no nos pasó nada a ninguno, salvo el susto y pequeños golpes que solo horas después dieron la cara. Pero el coche no lo pudimos levantar y estaba totalmente echo polvo. Dejamos el coche volcado junto a la carretera y nos fuimos andando hasta el chalé para recoger a M. ya que estabamos muy cerca. Como no teníamos otro coche nos volvimos al pueblo los cuatro muy arreglados haciendo auto-stop. Como aquella carretera tiene poco tráfico y casi todo de tractores para las fincas de la zona, nos paró uno que nos dejó junto a la Iglesia.
Mi hermana y su entonces novio, ateos totales, eran militantes en la clandestinidad del PC (entonces ilegal), y se casaban por la Iglesia para no dar un disgusto a mis muy católicos padres. La familia de mi madre era muy distinguida en el pueblo y mi padre muy querido por sus buenas obras, por lo que todo el  mundo acudió para ver la boda. Lo que los novios no consintieron fue en casarse con la vestimenta típica de dicho evento, por lo que mi hermana llevaba un vestido un poco por encima de la rodilla,de color clarito pero no blanco y con tirantas, mi entonces futuro cuñado una camisa de popelin blanca con cuadritos celestes y un pantalón beige. Ambos entraron juntos en la iglesia mientras la gente flipaba, eso no se había visto nunca en el pueblo. Todos los hermanos del novio y la novia, amén de los invitados (la familia estricta), iban bastante más arreglados que los contayentes. Ella consintió en llevar un ramo pero lo hizo con las rosas del rosal del chalé y las cogió un rato antes de la boda.
Y en estas aparecemos los cuatro hermanos de la novia tarde, montados en un tractor, con una cara de susto y los pelos de punta. Mis padres los pobres ya se habían preparado para lo que viniese pero aquello los estaba superando. Ni en sus peores sueños podían imaginar esa boda para su hija. Tras la ceremonia nos fuimos al casino del pueblo a tomarnos una copa con los amigos más íntimos. Allí nos encontramos con el cirujano que me había operado de apendicitis unos meses antes, que era del pueblo y compañero en el hospital de mi hermana. Charlando de cosas del trabajo dijo con la mayor naturalidad del mundo que durante mi intervención yo tuve una parada cardiorespiratoria que por poco no me deja listo. Eso era algo que mi hermana nos había ocultado porque mi madre ya padecía del corazón y temieron que la noticia le perjudicara. Como podéis imaginar al conocerla de sopetón y un día de tan intensas emociones por poco le da un infarto. Así que ese día tuve mi primer accidente, me enteré de que casi palmo en mi operación y a mi madre casi le da un infarto. Bueno.... y se casó mi hermana.
La verdad cuanto más se distancia del tiempo en que lo fue/será, más increible nos parece. Hoy esa boda sería casi conservadora, pero en aquel momento, aquello dió que hablar en el pueblo,todos estaban allí para verlo porque no podían creerlo.Las mujeres mayores se persignaban al verlo ¡Por Dios, y en esa familia tan cristiana! Recuerdo ese comentario entre dos viejecitas, supongo que habría muchos de los de "no sé adonde vamos a parar". Hoy día la parada está mucho más allá de lo que esas señoras podían imaginarse.
Lo más curioso del caso es que el recuerdo que tengo de ese día es....  que me lo pasé bien.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Otra cosa no, pero que la boda fue inolvidable, eso seguro! ^^