sábado, 21 de noviembre de 2009

19 dias y 500 noches

Lo de que el hombre es un animal racional es algo que aprendí desde chiquillo. Entenderlo ya es harina de otro costal. Algunas de las implicaciones que eso tiene explican la gran complejidad de nuestro comportamiento.
El hombre es inteligencia e instinto, trascendentalidad y supervivencia, pensamiento y pasión, razón y deseo...
Somos dos mitades que no encajan, que marchan a velocidades diferentes. Así mientras la parte humana y social ha tenido una evolución hasta llegar a un nivel de complejidad enorme (la sociedad constituye casi un ente supraindividual como las abejas y hormigas), la parte animal sigue inmutable desde el principio de los tiempos. Al mono que empezó a crecerle el cerebro y se bajó del árbol no se le ha olvidado que es mono; al hombre que éste ha dado lugar le cuesta convivir con semejante bicho. Decía un humorista que el matrimonio es el único puerto donde conviven dos buques de guerra enemigos, algo así sucede en nuestro cerebro. Ante una situación dada la parte del cerebro que domina el animal tomaría una postura y la parte más "humana" actuaría de forma diferente. Este conflicto permanente da lugar a problemas de difícil solución. La obesidad que cada vez más se convierte en un problema de nuestra sociedad (considerando solo el mundo civilizado, no las zonas de hambruna)es en gran parte debido a que el mono, por puro instinto de supervivencia, come más de lo necesario porque no sabe si mañana podrá comer, mientras que nuestra sociedad (o nuestra parte humana) que ya tiene solventado ese problema, no es capaz de quitar al mono cada día esa sensación de "por si acaso". Como consecuencia cada día comemos más de lo que necesitamos y la obesidad afecta ya a gran parte de la población, y es un problema que no deja de crecer (somos la única especie animal con este problema)...
Razón y deseo, pensamiento y pasión. Esta dicotomía afecta y complica tambien las relaciones entre las personas, y no digamos las de pareja. El cortejo, algo para lo que las especies animales tienen un ritual perfectamente establecido, para nosotros se ha hecho tremendamente complicado al mezclarlo con costumbres sociales y normas "de etiqueta"
locales que hacen que muchas veces no sepamos como actuar.

¿Quién gana?, ¿Qué parte domina a la otra? La sociedad nos presiona para arrimar el ascua a su sardina, pero el instinto es algo muy implantado en nuestro interior y es dificil de evitar. Es una guerra difícil y sin pintas de solucionarse.
un ejemplo estupendo, en mi opinión, de la actitud en el desamor de hombre y animal, de razón y deseo, es el tema musical que hoy os cuelgo...

2 comentarios:

Concha Rivero dijo...

La gordura no es solo cualidad humana, mi madre tenia un perro (Curro) que era obeso. Comía tanto que hasta se tragaba las pelusas del suelo.
En cuanto a la selección musical, te digo que me encanta, en general me resulta muy nostálgica. Eso sí, Joaquin Sabina no me gusta nada, aunque la letra de esta canción es graciosa.
En fin... leí tu comentario a mi blog. A la 1.30 de la madrugada! Tu duermes???? o ya padeces la confusion de los tiempos como consecuencia de tus guardias?
Por cierto, a Angarok: ¿Como te salio ayer el examen?...hmmmm... jajaja.

Anónimo dijo...

ainsss... el examen... mejor sin comentarios...