jueves, 26 de noviembre de 2009

La especie egoista.

La especie humana es, sin duda, la que más ha afectado a la naturaleza desde que hay vida en el planeta. No hay ningun ser vivo actualmente cuyo régimen de vida no se haya visto modificado o condicionado por el comportamiento humano. Esto es particularmente evidente en aquellas especies que conviven con nosotros. Por selección artificial hemos convertido a todas las especies que consumimos(animales o vegetales)o que utilizamos para algo, en seres muy distintos de los especímenes originales. Mediante la selección se han conseguido vacas que dan más leche, arroces con grano mayor, cerdos y bueyes con mucho más peso para el consumo humano, ovejas que dan una lana más suave y en más cantidad( aunque a la oveja la proteja menos), pero también perros que cuiden mejor el ganado, caballos que aprendan mejor las técnicas de doma o toros de lidia y gallos de pelea de bravura inusitada, estos son solo algunos ejemplos, pero la lista sería interminable. En todos los citados el denominador común es que el hombre potencia en dichas especies aquellos factores que nos convienen sin importarnos las consecuencias que tiene para ellas. Somos la especie egoista. En la naturaleza los seres luchan por su supervivencia, y no hay piedad, pero somo los únicos que modificamos otros seres para aprovecharnos de ellos. Si ahora liberasemos a muchos de estos seres que hemos domesticado no podrían vivir en la naturaleza, porque los cambios que hemos provocado en su fisiología o en sus modos de vida los hacen inútiles para la vida salvaje.
Pero hay también otros seres que han modificado sus formas de vida, debido a nuestro comportamiento pero que no hemos tenido nosotros una participación directa en dichos cambios, como son ratas, ratones, cucarachas, etc. En estos casos se han convertido en seres "urbanos" y se han aprovechado de las oportunidades que nuestro modo de vida les proporciona. Son compañeros "non gratos" de viaje a los que le tenemos la guerra declarada pero no son fáciles de erradicar.
El Hombre supone un antes y un después en la historia de la vida en la Tierra. Nos hemos otorgado el poder de hacer de dioses de los seres vivos, modificándolos a nuestro antojo u obligandolos a cambiar para sobrevivir, pero no somos dioses, y esa es una deuda que pienso que tarde o temprano nos va a costar muy cara...
Mañana os contaré un caso de selección artificial que no fue(ni es) egoista y que, para mi es una historia muy hermosa. Aunque se da en contadas ocasiones, no siempre la selección del Hombre perjudica al ser al que modifica... Lástima que es la excepción que confirma la regla.....
El tema musical cañero, y carrozón.El sabueso es otro "modificado" y
él era el "rey"

2 comentarios:

Concha Rivero dijo...

Me voy a Graná.Os echaré de menos. El domingo nos leemos.

Anónimo dijo...

El mundo es así, qué le vamos a hacer...