viernes, 8 de enero de 2010

ENHORA BUENA

Hemos sobrevivido a la Navidad. A sus atracones, a sus golpes de nostalgia, a sus reproches contenidos, a ausencias insustituibles, a presencias insoportables. A la búsqueda del regalo imposible, a los equilibrios para poder regalar a todos con lo que hay.
 Tras la vorágine previa a los Reyes, el cuerpo necesita relajarse, como el río se remansa después de los rápidos. La vuelta al trabajo se hace más dura, no queremos recuperar a la normalidad.
Hemos despertado con más cansancio, con menos ganas de trabajar, desubicados, con regalos por todas partes, algunos no sabemos ni de quién...
Hay quien se quedó en el camino, la carretera se cobró su tributo y la violencia entre parejas también. A algunos la vida tuvo el mal gusto de presentarles el año para que solo lo conocieran brevemente. Claro que nadie sabe lo que le espera y quién será el siguiente...
Mientras tanto, nosotros si podemos decir que sobrevivimos a la Navidad. Y, como decían los antiguos a la vuelta de la mili, incluso gané algo de peso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dejando comentario desde iPod,muy duro! Que peligro!!!
angarok