lunes, 14 de diciembre de 2009

ARNE


Hoy era el gran día. Tocaba parapente y desde bien tempranito empezamos a preparar el viaje a Algodonales. Está cerca de Sevilla, y tardamos poco más o menos una horita. Desayunamos en la venta que hay debajo del mogote, café con leche y mollete con jamón. La cosa pintaba bien... El ascenso por un camino de cabras, intransitable pero precioso, con unas vistas maravillosas (según me contaban porque yo iba conduciendo y bastante tenía con no salirme del camino). Después de derrapar con la gravilla y tirar casi todo el camino en primera (que tiene guasa) llegamos a lo alto del mogote por la pista de Poniente.



La vista IM   PRESIONANTE y un viento sospechoso que pegaba más fuerte de lo previsto. El cortado por el que se despega se ve vertical, ahí  te das cuenta de lo que debe ser perder el contacto con el suelo (es que se acaba delante tuya). El viento que no para y nosotros esperando, allí ya no volaban ni los buitres. Visto lo visto sacamos nueces y "alitas" de pollo (que fue lo más parecido a volar que hicimos) y a comer, que los duelos con pan son menos.


Cuando vimos que el día tocaba de campo más que de aventuras bajamos a unos merenderos en la ladera, porque arriba no había quien parara... Bocata de jamón y cocacola fresquita junto con anécdotas y batallitas que todos tenemos en deportes de aventuras. Renunciando ya  a volver a subir cuando el cielo se llenó de nubes negras, y como ibamos varios grupos decidimos volver a la venta y tomarnos juntos un cafelito antes de tirar cada mochuelo a su olivo. Allí, Javier, uno de los pilotos nos contó unas cuantas experiencias parapentiles y putadillas variadas de lo que él  llamaba "el viento y su puta madre".


Un día muy divertido, distinto de lo esperado, pero divertido y ya hemos quedado otro día  a ver si hay más suerte con Don Eolo y su santa madre y podemos tirarnos por fin.....Como soy curioso y no lo sabía, he buscado en Google y la señora de la que los parapentistas se acuerdan siempre pero no nombran (la puta madre del viento) se llamaba Arne. Señora, digale a su hijo que se comporte la próxima vez, hágalo por mí, que me he "procupao" de buscar su nombre, por favor.

3 comentarios:

Concha Rivero dijo...

Pero bueno...!, arriba esos ánimos! que pasamos un dia de picnic estupendo. Ademas,el dia 2 estamos otra vez citados. Mira la parte buena... ahora vas sabiendo por el abismo por el que te vas a tirar. La próxima vez no habrá sorpresas. O al menos, esa ya no lo será.

j.garq dijo...

No pretendía que el texto rezumara desánimo, ni mucho menos; si es así es por lo malo que soy escribiendo. Yo me lo pasé estupendamente y me reí muchisimo. Lo de volar es un añadido, pasar un día de campo con amigos (aunque lo sean desde hace 5 minutos), charlar y reirte, contar batallas de tierra mar y aire y todo eso, hacen un Domingo superentretenido. Creo que la niña piensa como yo, o al menos eso me ha parecido de la lectura de su blog. El 2 de Enero veremos.

Concha Rivero dijo...

Sí, esa será otra historia.
Lo que hay que ver es como mantener lo del 2 en secreto el 31 para que no haya añadidos no gratos.