domingo, 20 de diciembre de 2009

mi generación.

Cuando era pequeño, incluso ya en plena adolescencia no se cuestionaban las decisiones de mis padres. Ibamos donde ellos decían y jamás se les ocurría preguntarnos nuestra opinión. Vacaciones, diversiones y  actividades lúdicas eran las que ellos preparaban.
Ello no quiere decir que no disfrutaramos con ellas, al contrario, fuera lo que fuese a nosotros  nos parecía estupendo: playa, campo o montaña nos daba igual, siempre era divertido. El simple hecho de salir de la monotonía ya era suficiente compensación, y visitabamos museos o exposiciones que no nos interesaban: daba igual, solo con correr por los pasillos eramos felices.
 Aun así, cuando iniciabamos un conato de rebelión, por un plan en exceso aburrido, invariablemente recibíamos siempre la misma contestación: "Cuando seas padre, comerás huevo". La fueza del argumento, irrebatible, nos obligaba a callar: Quien además de tener la autoridad, corre con los gastos, tiene todo el derecho a decidir qué, cómo, donde y cuando se hacen las cosas. Nosotros teníamos que conformarnos con lo que hubiera y tratar sacarle todo el jugo que pudiésemos.
Años después, casado y con hijos, con un trabajo que me permitía vivir con cierta holgura las cosas se veían de otra manera. La gente te preguntaba: ¿No has llevado a tus hijos a EuroDisney? ¿Vas a dejarlos sin playa?. La sociedad hoy nos impone la idea de primar la diversión de los menores; todo por los hijos.  Tus amigos te tachan de déspota si les cuentas que quieres hacer un viaje más o menos cultural - No irás a llevar a los niños a ver "piedras", con lo que eso les aburre", " Lo que tienes que hacer es llevarlos a Port Aventura". Y tú como un tonto, a tragarte parques temáticos y a subirte a cacharritos que no te gustan nada porque es lo que divierte a los niños.
Admito que la culpa es nuestra, que la forma de ver las cosas por parte de la sociedad no te obliga a actuar de esa forma, pero sí que te presiona porque pareces un mal padre si no lo haces así. Cuando era niño cualquier cosa que nos dieran era algo grande.  Los niños de ahora cuando les das algo grande les parece cualquier cosa... Mis hijos, con menos de 20 años, han cogido el avión quizá más veces que yo, y han ido a paises donde yo no he estado. No es envidia, me alegro por ellos y ojalá puedan hacerlo mucho más, pero eso indica que "el huevo" ahora, es primero para los hijos. Y me pregunto: ¿Cuando me va  tocar a mi?-Creo que nunca, somos la generación que no se comió el huevo. Ni creo que ya, nos lo vayamos a comer...



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Chico, pues yo estoy muy agradecida de que aguantaras cacharritos en portaventura y eurodisney!!!

Una duda que me surge: qué quería decir, realmente, lo del huevo??

Anónimo dijo...

PD: yo sé hacer huevos duros, fritos,escalfados, revueltos y en tortilla... así que cuando quieras!!! ^_^