miércoles, 23 de diciembre de 2009

SAL DE AQUÍ


Como habréis adivinado por el título hoy quiero hablar de nuestra tradicional gentileza con todo él que llega. No, no me estoy cachondeando, aunque lo parezca, ni mis palabras van con retintín
Andalucía se ha caracterizado siempre por su facilidad para acoger bien a cuantos nos llegan de cualquier parte del mundo.
 Nuestro pueblo se ha formado de muy diferentes grupos que han invadido o llegado a nuestra tierra a lo largo de toda la Historia. Somos pues mezcla, y nos resulta fácil mezclarnos.
 El magnífico clima que siempre nos acompaña facilita las relaciones entre las personas al echarnos a todos a la calle buena parte del año.


Ambos factores  han forjado nuestro carácter haciéndonos, en general, personas afables y divertidas. Los que vienen de fuera dicen que somos muy salados y amenos, que es fácil incorporarse a nuestro grupo de amigos.
Por contra nos acusan de inconstantes, poco trabajadores (topicazo), y poco  dados  a cambiar nuestra actitud contra viento y marea. Hacemos las cosa siempre igual (aunque no sea el modo más idóneo) y que no nos las toquen, somos reacios a cualquier evolución.




Aunque por desgracia nuestra tradicional buena acogida empieza a disminuir, aún somos de los mejores en ese aspecto. Seguimos teniendo esa sal de los andaluces.... Lo dicho; aún conservamos la sal de aquí.


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