sábado, 20 de febrero de 2010

El tigre de los bosques enjaulado

Hoy por fin, tras un tiempo internado en una clínica para ser tratado por su adicción al sexo, Tiger Woods ha comparecido ante la prensa y ha hecho un comunicado público. Avejentado, aparentemente más gordo, muy pálido, en definitiva con batante peor aspecto que hace unos meses cuando desapareció de los medios tras su "accidente".  Su esposa le ha acompañado en el acto( no vaya a ser que hiciese el "acto" con otra). En él se ha mostrado arrepentido y ha pedido perdón en primer lugar a su esposa ( la que le quiso endiñar con un palo de golf) de la que ha hablado maravillas y después a todos sus seguidores y a aquellos que lo presentaron como modelo a sus hijos y que se sintiesen engañados.
En su descargo ha dicho que la presión a la que estaba sometido y el muchisimo trabajo que ha hecho desde hace muchos años le hicieron pensar que tenía derecho a satisfacer cualquier tentación y que el dinero y la fama facilitaron el cumplir sus deseos. Se ha abrazado a su madre y ha comunicado que continuará algún tiempo más en tratamiento para acbar definitivamente con el problema. De su vuelta a los campos de golf no ha dicho ni media palabra.
Que diferente forma de entender la vida tenemos latinos y anglosajones. Aqui un deportista con líos de faldas es bastante frecuente y de disculparse.... puede que ante su pareja y en privado. En público se niega aunque haya mil fotos. Y las clínicas de adicción al sexo son poco habituales (aquí la adición al sexo se considera una bendición más que una enfermedad). Los países aglosajones son, en las formas, más pacatos y recatados que nosotros, pero tambien más hipócritas. Son tan infieles o más que nosotros, pero que no los cojan. Si esto sucede el acto de contricción es enorme, aprenden hasta a llorar en público para manifestar arrepentimiento. Luego de puertas adentro será lo que sea, pero al exterior han de ser la santidad personificada. Aquí somos, no sé si más comprensivos o, al menos, más realistas.Disculpamos la debilidad ajena conscientes de que mañana puede ser la nuestra. Y reconocemos un punto  de admiración (eso es lo que se va  a llevar) ante lo que entendemos como una alegría de la vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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