lunes, 8 de febrero de 2010

Paparruchas del amor.

(Al inicio de la semana de San Valentín, otra de las paparruchas del amor.)

Pensando anoche en lo que acababa de publicar,  Caí en lo absurdo de pensar que todos tenemos nuestra media naranja ideal en el mundo y que la mayoría de la gente la encuentra. De entrada casi todo el mundo se casa con personas de su entorno más cercano. Qué casualidad que las medias naranjas de todo el mundo se críen a pocas manzanas de donde viven. Estadisticamente eso es imposible. Algunos podrían tener esa  suerte, pero serían un número infimo, muchisimo menor que el de matrimonios próximos que se producen. En teoría, la distancia  entre las dos personas que fuesen las complementarias debería ser, en promedio, la mitad del perimetro terrestre.Los matrimonios entre personas de sitios tan distantes son una inmensa minoría. Atribuimos al amor una magia que luego compatibilizamos con lo que en realidad es posible. Buscamos entre lo que nos rodea, y elegimos lo que nos parece mejor dentro de lo que hay. Pero pensamos que es la mejor pareja que podíamos encontrar en el mundo. Nada tiene esto que ver con la cantidad de parejas que se rompen pasado un cierto tiempo. Siempre se ha elegido pareja entre lo que había a mano, aunque  según el nivel familiar o alguna otra circunstancia. la mano llegaba  más o menos lejos. Es cierto que hay parejas que perduran y son felices hasta que falta uno de los dos. Y que aunque cada vez parezca más raro ,se produce con cierta frecuencia, como si se hubiesen hallado las dos auténticas medias naranjas.
Lo que yo pienso es que tal complementación no nace, sino que se hace. Cuando una pareja que encaja bien lucha por  mantener esa sintonía entre ambos permenentemente , es cuando se produce dicha complementación. Visto así, la pareja ideal no se encuentra y ya está, sino que se va haciendo solo en el día a día. Preferimos atribuirle a esa magia del amor un cierto halo de predestinación, pero solo los que se lo "curran" son los que consiguen sacar esa magia a flote.
Se dicen muchas tonterías hablando del amor, pero creo que el amor es para el que se lo trabaja  ( no confundir con quien trabaja  en el amor, que es otra cosa).

No hay comentarios: