martes, 9 de febrero de 2010

Un yogur de anfeta

La semanita del amor da para mucho. Hoy quiero hablaros de la química del amor. Nada que ver con el coloquial concepto de "química"entre dos personas. Se sabe que en el proceso del enamoramiento, aparte de factores culturales, intervienen una serie de factores químicos, determinados neurotransmisores,que determinan los cambios de actitud que en dicho proceso se producen. Estos productos (os ahorraré los nombrecitos), provocan en el cerebro una serie de efectos relacionados con lo que se llama las zonas de recompensa; el hombre obtiene satisfacción con la liberación de dichos productos.  Curiosamente tambien el odio se surte de los mismos transmisores y excita iguales zonas del cerebro. Ese dicho de que del odio al amor solo hay un paso es rigurosamente cierto, bueno no, hay menos de un paso.
Algunas drogas  del tipo de la morfina o anfetaminas son muy similares en su forma y actividades a estos neurotransmisores, incluso actuan en las mismas zonas del cerebro.Por eso se afirma que el amor es adictivo. La invasión por parte del cerebro de grandes cantidades de esta sustancia produce una sensación de placer y un deseo cada vez mayor de estar con la persona que origina este fenómeno. Como toda adicción, cada vez queremos estar más con esa persona, para obtener otro chute de neurotransmisores. Esto no puede mantenerse indefinidamente, por lo que el cuerpo pasado un cierto tiempo tiene que dejar de producirlos en tantas cantidades. Y el enamoramiento se va pasando; consecuencia:
EL AMOR TIENE FECHA DE CADUCIDAD. 
Actualmente se estima que el periodo de enamoramiento hacia una persona dura unos cuatro años, pasados los cuales la pareja puede seguir existiendo si durante ese tiempo ha creado otros lazos que ahora son de afecto. Cuando no ocurre esto, la pareja tiende a deshacerse. Nuestra genética nos impulsa a ser individuos monogámicos pero temporales. La tendencia sería a formar parejas pero solo por el periodo de cuatro años (aproximadamente) que vimos antes que coincidía con el tiempo de duración del enamoramiento. Esto casi coincide con la media de duaración de los matrimonios en Yankilandia, aquí nos aguantamos algo más.
Resumiendo el amor es como un yogur  de anfeta. Está de cine cuando es nuevo, pero caduca  pronto y puede sentarte mal, hasta el extremo de odiarlo. La solución es comerselo antes de que caduque y digerirlo (afecto) antes que te siente mal.

2 comentarios:

arviman dijo...

Desde luego vaya atracón de romanticismo que me estoy metiendo yo aquí; y no por practicarlo! Estos ingleses anuncian San Valentín por tooooodas partes!!
Buen texto, Javier. Un abrazo

Anónimo dijo...

De acuerdo con Arviman!!! Es un pedazo de texto ! ^_^